Me gustaría hablaros sobre este tema, que aunque no
es muy común (sólo afecta al 5% de los niños) creo puede interesarle a alguien.
Es lo que de forma común se conoce como “encanamiento” o que el niño “se
queda privado”.
No es una enfermedad como tal sino un episodio (ES)
que aparece en algunos niños que de manera involuntaria, después de un evento desencadenante, empiezan a llorar y en un momento dado
se quedan quietos, con la boca abierta como si no respirara y no pudiera arrancar de nuevo. Lo
que en realidad les sucede a éstos peques es que al intentar llorar con mucha
energía bloquean de forma inconsciente el tórax e impiden la entrada de oxígeno
a sus pulmones. Por este motivo aumenta el anhídrido carbónico en sangre.
Cuando
estos episodios tienen lugar debemos comentarlo con nuestro pediatra para que
haga un estudio y descarte otras causas como epilepsia o algún problema
cardiaco.
No
existe una pauta común, pues hay niños que tienen varios episodios al día u otros
que los tienen de forma muy esporádica;
lo que sí es común en la mayoría de los casos es que el episodio se resuelve
cuando el niño rompe a llorar.
Sollozo |
Existen
dos tipos de ES:
-
Cianótico (el niño se pone muy rojo o morado/azul): es el más
frecuente y su desencadenante suele ser un disgusto, rabieta o frustración. Se
inicia un llanto intenso y después de varias respiraciones durante el mismo,
éste se interrumpe quedándose el niño sin respirar durante varios segundos.
Después se pone morado y puede llegar a desmayarse como consecuencia de que
durante ese tiempo ha disminuido el flujo de sangre al cerebro
-
Pálido (el niño se queda blanco): es menos frecuente pero
más aparatoso. Por ejemplo, después de un golpe en la frente, aunque sea leve,
el niño presenta un llanto débil, enseguida deja de respirar y pierde el
conocimiento. A la vez aparecen la palidez, disminución del tono muscular
(flacidez) y puede haber sacudida de extremidades.
¿Cuándo suele suceder? Suele darse
después de un susto, miedo, disgusto, sorpresa, caída, rabieta… son más
frecuentes esto episodios por la tarde y por la noche que es cuando suelen
encontrarse más cansados o sensibles.
¿A quién suele
afectar? Aparece en ambos sexos
por igual y se suele iniciar entre los seis y doce meses. Normalmente los episodios
más frecuentes suelen darse entre el primer y segundo año de vida y sobre los
cuatro años suele desaparece de manera espontánea.
Existe un cierto grado de composición hereditaria,
ya que uno de cada cuatro casos con ES tiene un familiar directo que lo
padeció. En general afecta a niñ@s muy sensibles, con padres muy ansiosos o
sobreprotectores o relacionados con algún tipo de trastorno de la conducta.
¿Qué hacer ante éstos episodios? Es una de esas situaciones
que pueden producir gran angustia y algunas veces se pueden evitar manteniendo
un ambiente relajado en el hogar o ver
qué situaciones suelen provocarlo y antes de que suceda distraerle o cambiar la
actividad.
Pero cuando se produce lo principal es mantener la calma. Y es recomendable:
-
Sí
tiene algún alimento en a boca, quitarlo para evitar ahogamientos.
-
No
hay que tratar de detener el ES con maniobras de resucitación o reanimación
salvo que algún alimento obstruya la vía oral, y evitar maniobras
bruscas que podrían originar lesiones secundarias (zarandear, golpear...).
-
Tampoco
es aconsejable sobreproteger o consentir al niño todo para evitar estos
episodios (hay que poner límites de igual manera), pues al igual que todos los
niños sentirá la seguridad y autoridad
en sus padres y ello, también favorecerá que disminuyan las crisis.
-
Colocarle
tumbado en posición lateral ayudará al flujo cerebral y evita aspiraciones. Así
mismo la posición de tumbado ayudará a la oxigenación.
-
Nuestra
postura debe mantenerse neutra y serena, evitar castigar tras el episodio o
darle cualquier tipo de importancia ya que aunque al principio es involuntario,
algunos niños pueden “encontrar ventajas” ante esa actitud y prolongarlo en el
tiempo.
-
Es
muy importante comunicar estos episodios a las personas que además de los padres
están al cargo de los peques en algún
momento, para que sepan cómo actuar y no alarmarles.
¿Tiene algún tipo de
secuela? No se relaciona con problemas cardíacos, respiratorios,
neurológicos ni con la muerte súbita del lactante. No produce daño en los niños
ni a corto ni largo plazo, no deja secuelas psicológicas ni neurológicas.
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