viernes, 11 de enero de 2013

Espasmo del sollozo


Me gustaría hablaros sobre este tema, que aunque no es muy común (sólo afecta al 5% de los niños) creo puede interesarle a alguien. Es lo que de forma común se conoce como “encanamiento” o que el niño “se queda privado”.

No es una enfermedad como tal sino un episodio (ES) que aparece en algunos niños que de manera involuntaria, después de un evento desencadenante, empiezan a llorar y en un momento dado se quedan quietos, con la boca abierta como si no respirara y no pudiera arrancar de nuevo. Lo que en realidad les sucede a éstos peques es que al intentar llorar con mucha energía bloquean de forma inconsciente el tórax e impiden la entrada de oxígeno a sus pulmones. Por este motivo aumenta el anhídrido carbónico en sangre.  

Cuando estos episodios tienen lugar debemos comentarlo con nuestro pediatra para que haga un estudio y descarte otras causas como epilepsia o algún problema cardiaco.

No existe una pauta común, pues hay niños que tienen varios episodios al día u otros que los tienen  de forma muy esporádica; lo que sí es común en la mayoría de los casos es que el episodio se resuelve cuando el niño rompe a llorar.

Sollozo


Existen dos tipos de ES:

-      Cianótico (el niño se pone muy rojo o morado/azul): es el más frecuente y su desencadenante suele ser un disgusto, rabieta o frustración. Se inicia un llanto intenso y después de varias respiraciones durante el mismo, éste se interrumpe quedándose el niño sin respirar durante varios segundos. Después se pone morado y puede llegar a desmayarse como consecuencia de que durante ese tiempo ha disminuido el flujo de sangre al cerebro
-      Pálido (el niño se queda blanco): es menos frecuente pero más aparatoso. Por ejemplo, después de un golpe en la frente, aunque sea leve, el niño presenta un llanto débil, enseguida deja de respirar y pierde el conocimiento. A la vez aparecen la palidez, disminución del tono muscular (flacidez) y puede haber sacudida de extremidades.

¿Cuándo suele suceder? Suele darse después de un susto, miedo, disgusto, sorpresa, caída, rabieta… son más frecuentes esto episodios por la tarde y por la noche que es cuando suelen encontrarse más cansados o sensibles.

¿A quién suele afectar?  Aparece en ambos sexos por igual y se suele iniciar entre los seis y doce meses. Normalmente los episodios más frecuentes suelen darse entre el primer y segundo año de vida y sobre los cuatro años suele desaparece de manera espontánea.
Existe un cierto grado de composición hereditaria, ya que uno de cada cuatro casos con ES tiene un familiar directo que lo padeció. En general afecta a niñ@s muy sensibles, con padres muy ansiosos o sobreprotectores o relacionados con algún tipo de trastorno de la conducta.

¿Qué hacer ante éstos episodios? Es una de esas situaciones que pueden producir gran angustia y algunas veces se pueden evitar manteniendo un ambiente relajado en el hogar o  ver qué situaciones suelen provocarlo y antes de que suceda distraerle o cambiar la actividad.
Pero cuando se produce lo principal es mantener la calma.  Y es recomendable:
-      Sí tiene algún alimento en a boca, quitarlo para evitar ahogamientos.
-      No hay que tratar de detener el ES con maniobras de resucitación o reanimación salvo que algún alimento obstruya la vía oral, y evitar maniobras bruscas que podrían originar lesiones secundarias (zarandear, golpear...).
-      Tampoco es aconsejable sobreproteger o consentir al niño todo para evitar estos episodios (hay que poner límites de igual manera), pues al igual que todos los niños sentirá la seguridad  y autoridad en sus padres y ello, también favorecerá que disminuyan las crisis.
-      Colocarle tumbado en posición lateral ayudará al flujo cerebral y evita aspiraciones. Así mismo la posición de tumbado ayudará a la oxigenación.
-      Nuestra postura debe mantenerse neutra y serena, evitar castigar tras el episodio o darle cualquier tipo de importancia ya que aunque al principio es involuntario, algunos niños pueden “encontrar ventajas” ante esa actitud y prolongarlo en el tiempo.
-      Es muy importante comunicar estos episodios a las personas que además de los padres están al  cargo de los peques en algún momento, para que sepan cómo actuar y no alarmarles.

¿Tiene algún tipo de secuela? No se relaciona con problemas cardíacos, respiratorios, neurológicos ni con la muerte súbita del lactante. No produce daño en los niños ni a corto ni largo plazo, no deja secuelas psicológicas ni neurológicas.

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